Asumir la responsabilidad desde la Terapia Gestalt
Hacerse responsable de la propia existencia es un camino sinuoso. Implica recorrer rutas que quizá no conduzcan a donde queremos llegar, pero recorrer parte de ellas no significa equivocarse, antes bien, con disposición es aprendizaje, experiencia, y encontrar en cada acierto o tropiezo el placer de vivir, el reconocerse a sí mismo en cada acto de vida.
En su libro “Invitación a la filosofía”, André Comte-Sponville dice:
“Existir es resistir, pensar es crear; vivir es actuar”
Si vivir es actuar, naturalmente conlleva la responsabilidad de actuar o no actuar en la vida.
¿Cuál es el objetivo de la Terapia Gestáltica?
De acuerdo con Kepner y Brien (citados en Fagan y Shepherd, 2014),
“El objetivo de la terapia gestáltica es desarrollar una conducta más «inteligente», vale decir, facultar al individuo para que actúe sobre la base de toda la información posible y para que capte, no sólo los factores relevantes del campo externo, sino también la información relevante interna. Se instruye al individuo para que preste atención, en un momento determinado, a lo que siente, a lo que desea, a lo que hace. El objetivo de ello es alcanzar una conciencia ininterrumpida” (p.51)
Ejercer nuestra libertad.
El ser conscientes de sí mismos, nos permite ejercer nuestra libertad, la posibilidad de elección y con ello la responsabilidad de asumir las consecuencias de lo que hacemos o no desde lo que uno es.
Citando a Oldham, Key & Starak (1998)
“El acto de tomar conciencia no es un acto pasivo, es querer alcanzar algo con ímpetu y coraje; implica seleccionar lo que se quiere enfocar; es decir, de la infinidad de eventos que están sucediendo en nuestra conciencia, elegimos poner atención solamente a uno o dos” (p. 41).
Sartre dice que ser responsable significa ser el autor indiscutible de un hecho o cosa, en este caso la vida misma, la vida de uno, que al ser consciente de la responsabilidad de la propia vida. Que en nuestro poder de actuar se construye y reconstruye lo que uno es (incluso en ocasiones se destruye con todo derecho), lo que uno elige, nuestros sentimientos, pensamientos, creencias, ideas, sufrimientos, etc.
Es así que la responsabilidad confiere sentido a la existencia.
Evitar la responsabilidad
Tremenda situación es la evitación de la responsabilidad. Se teme a la libertad de elegir, y que aqueja a quien no quiere o decide no asumir la responsabilidad de su vida en experiencias poco gratas como la evitación de la elección (aparentemente) desatendiendo el control que uno puede tener de su propia vida, prefiriendo que “el curso” de las circunstancias decida por nosotros, o también cuando evitamos la responsabilidad que implica el conocer y aceptar quién y cómo somos, y se lo adjudicamos a otros, o en el caso del lenguaje en donde con el uso de la palabra “pero”, a veces nos escudamos de asumir la responsabilidad de nuestros gustos, sentimientos, decisiones, “Me gustas como eres pero deja de limpiarte la nariz de manera estruendosa”.
¿Cómo asumir la responsabilidad?
El asumir la responsabilidad es doloroso.
No es fácil reconocerse quizá vulnerable, desidioso, carente de amor, “desprovisto” de recursos y potencial, aislado, impotente, necesitado de algo o alguien.
En un primer momento seguiremos buscando justificaciones externas a nosotros para no avanzar, para explicar nuestra desdicha, infelicidad y sufrimiento.
Cada paciente que asiste a un espacio psicoterapéutico cuenta ya con un avance en la construcción de su responsabilidad, porque se ha movido, ha actuado, ha elegido concertar una cita. Espera recibir ayuda para poder tener una vida más plena y prospera, más conocimiento y aceptación de sí mismo.
¿Cómo se trabaja la responsabilidad en la Terapia Gestalt?
Desde la visión Gestalt los eventos positivos y negativos tienen potencial para ser trabajados en beneficio del crecimiento y desarrollo personal, por lo tanto la irresponsabilidad es una rica fuente de aprendizaje y desaprendizaje en la diada terapeuta-cliente.
Esencialmente la Terapia Gestalt es relacional, en donde el terapeuta favorece el descubrimiento del sí mismo del cliente en los diferentes roles que toma en la vida, y cómo es que elige a partir de su libertad de ser y la responsabilidad que ello conlleva con base en la conciencia ininterrumpida que se busca desarrollar.
La responsabilidad, es una palabra fácil de escribir, de pronunciar, de comprender su significado, no así el de asimilar su apropiación en la vida.
Demanda de la presencia de valores, actitudes y sentimientos que le dan su verdadero sentido como lo es la humildad, la honestidad (con uno mismo y los demás), comprensión, aceptación, valentía, gratitud, urbanidad, enojo, amor, frustración, gozo, tenacidad, angustia…y tener presente que de un minuto a otro estamos en nuestro derecho de ser responsables o no con la previa anunciación de que hay consecuencias que estemos dispuestos a asumir.
El optar en ocasiones por ser irresponsable no significa equivocarse significa aprendizaje de vida, significa un mayor conocimiento de mí, de saber que tengo opciones que se ciñen a acciones y consecuencias.
Gabriel García Márquez en su obra “El amor en los tiempo del cólera” escribió:
“Es la vida, más que la muerte, la que no tiene límites”, y me gustaría cerrar con esta frase ya que la asocio a la flexibilidad, siendo que los errores personales son una constante afortunada en la vida que están ahí para reírse, para rememorarse, para “enseñar.”
Acompañar a otros seres humanos que transitan en esta vida a veces sin mucho sentido, sin el placer y gozo de estar vivos, y más allá de fungir como terapeutas, previo a ello somos un ser humano más en busca de sentido, cosa que considero debe estar por encima de cualquier técnica psicoterapéutica.
Referencias
Fagan, J. y Shepherd, I. (comps.). (2014). Teoría y técnica de la psicoterapia guestáltica. 3ra edición. Argentina: Amorrortu.
Oldham, J.; Key, T. y Starak, I. (1998). El riesgo de vivir. 2da. reimp. México: Manual Moderno.